A inicios de año 2020, el mundo comenzó a sufrir los estragos de una nueva enfermedad altamente contagiosa y con un porcentaje considerable de mortalidad que rápidamente se convirtió en pandemia, obligándonos a crear una nueva realidad y a dejar a un lado todas las actividades sociales a la cual ya estábamos acostumbrados a tener.

Trabajos, escuelas, ocio y turismo entre otros tuvieron que ser pausados por varios meses o bien reinventados, generando en las personas estrés, ansiedad, tristeza y nuevos hábitos de vida que en dependencia de cada persona impactó de forma negativa o positiva.

Y ahora a volver a la normalidad

Los gobiernos, han realizado varios intentos por mantener controlado el virus y alcanzar lo que ellos llaman la nueva normalidad mezclando las actividades que ya estábamos acostumbrados a realizar con los nuevos cuidados que son sumamente necesarios para evitar el contagio y propagación del virus.

Dentro de estos intentos, reanudar las clases presenciales para el mes de septiembre están dentro de los planes próximos en la mayoría de los países. El esfuerzo que ha realizado la comunidad internacional de la salud para encontrar una vacuna en tiempo récord ha sido notorio, muchos laboratorios ya han avanzado a la etapa de pruebas en humanos, sin embargo, una cura o bien una medicina que pudiera prevenir la nueva enfermedad aún no ha sido declarada que tenga un alto porcentaje de eficiencia.

Con las noticias positivas que los laboratorios han difundido entre la población, ha ocasionado que se debiliten las medidas de prevención que teníamos estipuladas en nuestra vida cotidiana; dentro de ellas están la apertura de muchos negocios que favorecen la concentración de personas y no el distanciamiento físico. Por ejemplo, tenemos centros comerciales, bares, restaurantes y próximamente escuelas.

Se ha logrado observar a través de los medios, que la reapertura económica ha traído consigo varias olas de rebrotes en ciudades en las cuales no habían contado con nuevos casos desde hacía bastantes semanas, inclusive meses; esto se debe a que estamos conviviendo con un virus altamente contagioso que puede estar alojando en cualquier lugar u objeto que toquemos y nos exige a no bajar la guardia con las medidas de prevención.

Con solamente encontrarse en un espacio cerrado con ventilación artificial sin filtros y personas que no utilicen mascarillas existe una alta probabilidad de salir de ahí contagiado, pues el virus en estos espacios es capaz de viajar a mayores distancias y permanecer activo por más tiempo.